Tú lo vales.
Tenlo claro.
No dejes que
las piedras de los demás terminen impidiéndote el camino. Cógelas todas, y haz
una escalera que te conduzca a tus objetivos. Esos objetivos que un día alguien
te dijo que nunca lograrías.
No dejes que
nadie te haga sentir que eres menos. Pues todavía no han visto que eres luz,
eres sueños, eres esperanza. Que para estar a la altura no te hacen falta trucos.
Que ya lo estás, siempre lo estuviste.
Que si las
cosas no salen bien, no es siempre tu culpa. Simplemente salen mal, no le des
más vueltas.
Eres grande,
¿lo sabías? Has conseguido cosas que dabas por perdidas, has superado
obstáculos que jamás pensaste que serías capaz de superar, has dibujado una
sonrisa a partir de mil lágrimas; has seguido de pie, a pesar de todo.
Y aun así,
sigues ahí, sin tener claro si deberías llevar la cabeza alta o seguir
agachándola. Queriendo a todos más que a ti. Pensando que eres el mayor
desastre que un día la vida creó.
¡Eh! ¿Estás
loco? Levanta la cabeza y muéstralo. No escondas que tú, sí, tú, eres único.
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