Odio el vacío. Ese vacío que te
queda cuando alguien muy importante de tu vida desaparece. Y te deja ahí. Con
esa falta de amor. Te deja sin sus sonrisas, sin sus abrazos, sin su mirada...
Y te sientes mal, sientes que algo falta dentro de ti, sientes que le
necesitas. Y lo peor son los recuerdos, esos que te vienen en los momentos más
inesperados, esos que llegan a tu mente y te golpean una y otra vez. Y te
repiten que no se volverán a repetir, que esos momentos no los volverás a
vivir, porque la persona con la que los viviste ya no está. Y notas como se
inundan tus ojos, son lágrimas. Esas lágrimas que te dicen que no le has olvidado, que sigues
sufriendo por esa parte que ya no está. Te tendrás que decir a ti misma que
sigas hacia adelante, que sigas sin ese alguien tan especial. Porque en la
vida, por desgracia, todo son despedidas y esa despedida, por mucho que duela,
hay que superarla.