Segunda oportunidad. Siempre hablamos de “segundas
oportunidades” pero, ¿Cuántas veces las damos? Si alguien te hace daño, le
odias. Si te llega un rumor de alguien, lo crees. Si todo el mundo va en contra
de alguien, tú también. ¿Cuántas veces nos molestamos en pensar el por qué de
las acciones? ¿Cuántas veces dejamos todos los prejuicios a un lado y nos
dedicamos a dar otra oportunidad a las personas?
Si una persona te da todo y tiene un fallo, ¿Por qué no valoramos lo bueno y lo malo por igual?
¿Por qué siempre nos centramos en lo malo y olvidamos todo lo bueno?
Todas las personas cometemos errores, no existe la persona
que pueda decir que nunca ha metido la pata, que nunca se ha equivocado. ¿De
verdad merece la pena perder a alguien por una pequeña equivocación? ¿De verdad
es mejor olvidar a alguien que ha hecho mil cosas buenas por una mala que ha
hecho? No lo creo. Creo que los humanos somos muy extremistas. O queremos u
odiamos. No tenemos término medio. Necesitamos aprender a perdonar, a valorar
todo, a hacer nuestros propios juicios, a guiarnos más por el corazón… Debemos
aprender a dar segundas oportunidades.