lunes, 27 de mayo de 2013

Nostalgia.

Nostalgia. Nostalgia de los días que pasaron y no volverán. De los momentos felices que se fueron y nunca más se repetirán. Esa nostalgia que te persigue a cada paso que das. Esos minutos de felicidad que hacen que sonrías en tus peores momentos.
A veces echar de menos es bonito. Si echas algo de menos es porque estabas viviendo algo especial, algo bueno, algo que quieres que vuelva a repetirse, que deseas que no se hubiera acabado nunca.

Pero, otras veces, echar de menos nos impide seguir hacia delante. No nos podemos pasar toda la vida pensando en lo que fue. Tenemos que poner todo de nuestra parte para seguir con nuestra vida, estar abiertos a otros momentos iguales de bonitos o incluso mejores. No nos podemos quedar anclados en el pasado. La vida es así, una colección de pequeños momentos. Vienen uno detrás de otro, no hay que detenerse en ninguno, pues puede que te pierdas el siguiente. 

martes, 7 de mayo de 2013

No quiero crecer


“Yo creo en las hadas. Yo creo. Sí creo”. Es de las frases que más me han marcado, quizá una con la que me identifico cien por cien. Porque sí, tengo 20 años, pero creo que aún sigo siendo esa niña que adoraba los cuentos de hadas y creía en ellos. Porque aún siguen siendo mis canciones favoritas todas las de Disney, esas que me han acompañado desde que tengo uso de razón.
Y no me importa si la gente me llama infantil o piensan que lo soy, porque es la verdad. Me niego a pasar a ser una “mujer adulta” que sólo tenga problemas y no crea en nada que no puede ver.
“NO QUIERO CRECER”, me aterra el pensar que mi niñez se está quedando cada vez más lejos y no voy a soltar a esa niña que llevo dentro nunca.