Sentir. Esa palabra que todos
conocen pero que pocos llevan a la práctica. Dejarse llevar. Reír si te
apetece. Llorar cuando te apetezca. Querer a quien te dé le gana.
No sé por qué todavía hay
personas que actúan con la cabeza y no con el corazón. Por qué hay personas que
no siguen a sus sentimientos. No lo entiendo. Es más, pienso que las personas
que sí sientan, las personas más auténticas, son las que más rechazo causan en
la gente de alrededor.
En la sociedad donde vivimos,
parece que si te sales de lo normal, te miran raro, te hacen a un lado y te da
la sensación de que el que está haciendo algo mal eres tú. Tenemos que darnos
cuenta que lo que está mal es la mente de algunas personas, de esas que siempre
andan pensando en el “qué dirán”. Desde aquí quiero darles un consejo: “Haz lo
que sientas”.
Creo que lo más importante de
todo es hacer siempre lo que nos dicte el corazón, aquello que sintamos en un
momento determinado.
Estoy de acuerdo en que también hay que
pensar, pero, en una balanza donde estén la cabeza y el corazón, debería ganar
siempre el corazón. Siempre.