Siempre me han gustado los niños. Siento algo especial por todos y cada uno de los niños que se cruzan en mi vida.Con sólo una sonrisa,me dan todo lo que necesito. Y, aunque sean pequeños, son grandísimos.
No tienen maldad ninguna, todo lo hacen según lo sienten,desde el corazón. Son, simplemente, un ejemplo para nosotros, los adultos. Por eso los admiro mucho y decidí, hace unos meses, estudiar magisterio infantil.
Por mucho que quiera a los niños, continuamente estoy preguntándome si de verdad esto es lo mío, si sabré cómo tratarlos, si realmente sirvo para esto.. Y,aunque es dificil de saber, cada vez estoy más segura de que si, esto es lo mio.. Es a esto a lo que me quiero dedicar toda mi vida. Porque sé que el mero hecho de tener una clase llena de niños esperándome cada mañana me hará sentirme completamente feliz.
Y, aunque aún queda mucho para eso, cada día sueño con que llegue el día en el que contacte por primera vez con mi clase. El día en el que conozca a mis primeros alumnos; el día en el que me llamen "maestra" .. Sé que será un día para no olvidar y, probablemente, de los días más felices de mi vida.
Con esto me he dado cuenta de que lo mejor en esta vida es seguir tus sueños, perseguir ese camino que te conduce a tu propia felicidad.. porque al fin y al cabo, vida tenemos solo una y debemos saber cómo aprovecharla.
